Acción Urgente Necesaria:
Los Huérfanos de Haití Te Necesitan – Alimenta y Educa a un Niño Hoy

Los Huérfanos de Haití Te Necesitan – Alimenta y Educa a un Niño Hoy
Brinda Esperanza a los Niños de Haití en Esta Crisis
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Un Refugio de Esperanza en el Corazón de Haití
En medio de la crisis que enfrenta Haití, el orfanato Jardín del Edén sigue siendo un lugar de refugio, amor y esperanza para niños que lo han perdido todo.
Por más de una década, este hogar ha protegido a los niños que quedaron huérfanos tras el terremoto de 2010, rescatándolos de la violencia, el hambre y la inseguridad.
Hoy, enfrentan una crisis urgente, y tu ayuda es más crucial que nunca.
Cómo Tu Donación Transforma Vidas
Proporciona Alimentos a Niños con Hambre
La inflación extrema en Haití ha convertido incluso una comida diaria en un lujo. Algunos días, los niños solo comen una vez. Tu donación garantiza que tengan comida nutritiva cada día.
Asegura Educación para 28 Niños
Sin apoyo, estos niños perderán su acceso a la escuela este año. Tu generosidad les da la oportunidad de aprender en un ambiente seguro y construir un futuro mejor.
Prepara a los Jóvenes para un Futuro Sostenible
Al llegar a la adolescencia, los niños necesitan herramientas para romper el ciclo de la pobreza. En el orfanato, reciben formación vocacional para que puedan sostenerse y prosperar.
Brinda Apoyo Espiritual y Emocional
Muchos de estos niños han sufrido traumas profundos. Tu ayuda permite que reciban mentoría, enseñanza bíblica y el amor necesario para sanar y encontrar esperanza.
Tu Apoyo Hace la Diferencia
El Jardín del Edén no es solo un orfanato, es una familia y un salvavidas para estos niños. Su misión es protegerlos, educarlos y guiarlos hacia un futuro con propósito.
Con tu donación, puedes cambiar su vida hoy mismo:
🍽️ $50 asegura alimento para un niño durante un mes.
📚 $100 cubre gastos escolares para un niño pequeño.
🎓 $300 garantiza que un niño mayor continúe su educación.
No podemos dejarlos solos. Su futuro está en nuestras manos.
"El que recibe en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió." – Marcos 9:37
Gracias por extender tu mano y tu corazón. Juntos, podemos ser la respuesta a sus oraciones.